Maestro: Escucha con atención porque no me gusta repetir las cosas, mira el arma, mírala mientas me escuchas: si te portas bien, pero que muy bien y no hay peros ni negativas a cuanto te exija es posible que salgas viva de aquí, violada pero viva
Asteriaesclava del Maestro no te lo creerás pero tengo los pelos de punta.
Maestro ahora te desnudas, tranquila, no hay prisa, y te sientas ahí con los muslos abiertos
Asteriaesclava del Maestro que conste que no tardo a propósito en desnudarme, es que los nervios hacen que me tiemblen las manos

Maestro ahora pon las manos atrás, sin tonterías mientras te ato, pero no quiero que tus manos estén ociosas, vete abriendo el culo porque voy a probar todos tus agujeros. Es una forma de empezar, otra es entrar en el salón de un salto y gritar: si te mueves te vuelo la cabeza, zorra, tirarte del pelo y arrastrarte al suelo
Asteriaesclava del Maestro oh, insultos, sí, no sé, habrá que probar las dos, porque la primera me da un morbo bestial, la forma de expresarte… lo de los pelos de punta lo he dicho en serio. Pero la otra… violencia e insultos, hum… qué caliente me has puesto. Pues… estaba pensando. Me sale mi señor, cuando estamos follando. Pero mi señor no me parece personal, no es algo entre tú y yo. Me gusta, porque me parece mucho más sumiso, o tu nombre, o tu abreviatura, pero me siento como repitiendo la misma consigna que otras (no quería decirlo así porque parece lo que no es, por eso prefiero decir que no me parece). Cuando estemos follando suelta lo que te pase por la boca, se trata de eso, yo lo hago pero no en voz alta aunque cada vez me apetece más, seguro que a veces oyes un murmullo o palabras sueltas
Maestro cuando me la chupas te cuento el placer que me das y cómo me gusta cada movimiento de la lengua, la boca y las manos

Asteriaesclava del Maestro a mí me cuesta articular las palabras y mis pensamientos son más simples, son más un oh, sí por favor sigue así, ay, madre, ay, sí, uf, sigue pellizcándome, sí. Y de vez en cuando me dan ganas de gritar, pégame, pégame, y mucho lo de Tuya, tuya, aunque el otro día se me escapó un Mío. En realidad cuando te nombro prefiero tu nombre. Me excitas tanto tú, y la realidad, que a pesar de tener nuestros pseudónimos, me sobran, me excita tu nombre, es demasiado, me parece demasiado, cuando estás poseyéndome, decir tu nombre me parece que lo degrada, no por lo que estamos haciendo, sino que no suena igual al salir de mi boca. Tu nombre me llena la boca. Es por eso que te llamo normalmente por la abreviación. El nombre completo me inspira demasiado respeto. Por fin he encontrado las palabras para decirlo, sabía que me pasaba, pero no qué me pasaba.
Maestro no, te diré: Él te está poseyendo, te penetra, es la polla de él
Asteriaesclava del Maestro hala, qué impresión, qué bárbaro, imaginarlo me sobrecoge. Estoy contestando un test que te mando ahora: C:\TEST\test.doc las cosas que pongo 0, en fin, soy capaz de intentar las cosas por ti, pero de conseguirlas, en este caso, me temo… que no podría, supongo que algunas cosas no pegan mucho ahí, o están ya incluidas en otras categorías, pero ahí las dejo. ¿Felaciones debajo de la mesa?

Maestro ve a buscar el huevo
Asteriaesclava del Maestro sumix, ya, lo tengo en mi poder
Maestro sin penetrarte, ponlo entre tus bragas y tu clítoris
Asteriaesclava del Maestro ya
Maestro enciende

Asteriaesclava del Maestro ya, ah… ya lo creo que siento
Maestro me excita que sientas placer
Asteriaesclava del Maestro además la excitación es tal que me entra la desazón y me dan ganas de ir a más, pero continuar así intensifica el placer
Maestro es como cuando pongo mi nardo entre tus piernas sin penetrarte, para frotarte con él
Asteriaesclava del Maestro o como cuando juegas con tu verga en la entrada de mi culo y no sé por dónde vas a tirar, me dan ganas de echarme hacia atrás y meterte en mí, o como cuando me masturbas justo en el borde de mi clítoris, y me vuelvo loca, porque me dan ganas de que me la metas entera, y sin embargo ese roce leve es el que me está poniendo cachondísima. O como cuando me pellizcas los pezones sin penetrarme. Mi deseo obsesivo en ese momento es «métemela» y sin embargo continuar así intensifica el placer

Maestro dale una pulsación más al mando del huevo
Asteriaesclava del Maestro sumix, se me van las caderas, no puedo evitar moverlas, noto la vibración más y menos intensa según me mueva y eso me excita más que estarme quieta
Maestro imagina mi lengua entre tus muslos
Asteriaesclava del Maestro sumix te imagino pasándome la lengua entre mis muslos y que me estrujas el culo mientras tanto, lo que pasa es que me excito tanto que te imagino haciendo muchas cosas simultáneas. Estrujándome el culo, moviéndome con fuerza de lado a lado, explorándome por detrás, con algún objeto sin bordes, no demasiado grande. Te imagino sodomizándome mientras me haces usar el huevo, por favor, que te corras en mi cara
Maestro aprieta fuerte las piernas en torno al huevo
Asteriaesclava del Maestro aprieto
Maestro frota los muslos, uno contra otro
Asteriaesclava del Maestro tengo que resistir la tentación de meterme más el huevo, quiero tu polla dentro, ahora te imagino tumbado detrás de mí, pegado a mi espalda, introduciéndome la verga por alguno de los agujeros, me levantas la pierna para entrar mejor y luego la vuelves a bajar, y con las manos me coges de las caderas y del coño y me atraes a ti, penetrándome, yo aprieto mis muslos, mi vagina, mi ano, con tu verga dentro, y la noto crecer, casi puedo notar cómo palpita dentro, embísteme, ensártame, apriétame hacia ti, pero no puedo dejar de mover el culo, quiero pegarme a ti a toda costa, quiero notarla entrar y salir aaaahhhh, cómo me pellizcas un pezón con una mano, mientras con la otra me masturbas, sigues detrás de mí, alejas mi espalda de tu pecho, si estuviéramos de pie, yo estaría en la postura en que me has penetrado hoy y me sodomizas con suavidad

Maestro prefiero sobre la mesa de despacho
Asteriaesclava del Maestro no separes tus caderas de mí, ay. Lamo tu culo, lo mordisqueo, me abres las piernas, las separas bien, me acaricias el culo, lo lames, lo mordisqueas, y entonces me das una fuerte palmada, mi respingo, coges las cuerdas, y me sueltas tres latigazos, yo tengo el cuerpo apoyado sobre la mesa, apartado un poco el teclado, tras los latigazos me la metes, sin contemplaciones y tras un par de embestidas vuelves a salir y vuelves a darme, dolor, placer, placer, dolor, sobresalto, excitación
Maestro mete el huevo en tu vagina
Asteriaesclava del Maestro Junger, ya está dentro. Lo noto, lo noto mucho, aprieto con fuerza, me vibran hasta las nalgas, ay, sodomízame ahora, entra en mi culo, hagas lo que hagas antes, córrete allí. Ponme de rodillas con el huevo dentro, métemela en la boca, cógeme de la nuca y acércame a ti Apriétame la cabeza con fuerza, clávame los dedos, muéveme a tu ritmo. Déjame lamerte las pelotas, déjame ir más atrás, buscar tu punto más sensible, mientras, déjame una mano libre para que pueda masturbarte, acariciarte el pene, apretar
Maestro te vuelvo a meter la polla en la boca y mientras la muevo te doy bofetadas
Asteriaesclava del Maestro apenas tengo yo el control ahora mismo, así que hago lo que puedo y con todas mis fuerzas, con la lengua, en tu verga. Junger, voy a llevarte al límite. Vas a llegar a lo más profundo de mi garganta
Asteriaesclava del Maestro ha aceptado tu invitación para iniciar el envío de imágenes de la cámara web.
Maestro quiero sodomizarte, te digo mientras me extasías
Asteriaesclava del Maestro y yo te respondo que me tienes dispuesta a lo que tus deseos dicten.

Maestro ¿tiene un cojín a mano?
Asteriaesclava del Maestro sí
Maestro ponlo entre tus piernas para rozarte, te estoy penetrando muy despacio desde atrás, el huevo vibra, mi verga abre camino y tu ano se va adaptando como un guante a ella, la mano en tu clítoris, la otra jugando con el mando del huevo pero sin pararlo y siente tu ano
Asteriaesclava del Maestro te deseo
Maestro me gusta tocarte los pechos, magrearlos, torturar tus pezones, lamerlos, succionarlos, me gusta cobijar mi verga en todo tu cuerpo y tocarte el sexo y sentir tu placer, eres mi putita y vas a hacerme cuanto quiera, me voy a correr en ti, voy a atarte y a darte placer hasta hartarme
Asteriaesclava del Maestro he gritado :$ cómo te deseo, no te pienso dejar en paz hasta que te corras en/sobre/dentro de mí dos veces mínimo, al día (de los días que nos vemos, claro). Mínimo.

Asteriaesclava del Maestro oh vaya, imagino que te tengo atado, eso es nuevo, al principio me quedaría parada, sin saber muy bien qué hacer. Así que para sentirme más segura te taparía los ojos, cualquier cosa, te pondría alguna tela por encima. Y empezaría a acariciarte todo el cuerpo. Tímida, empezaría por brazos, torso y piernas. Con las yemas de los dedos, con las uñas, según te viera estremecer. Pero al contrario que las demás veces, en vez de hacerlo seguido, en que el recorrido es evidente, daría pequeños saltos geográficos para que no supieras por dónde te iba a entrar en el momento siguiente. Alternaría después tus muslos con tus nalgas (estás boca arriba así que sería con el lateral) y a la altura del nacimiento de las piernas dejaría de tocarte, tú no me ves, muahaha, así que te soltaría, de pronto, un gran lametazo en las pelotas. Un solo lametazo, pero muy húmedo a tu reacción volvería entre tus piernas, pero solo las piernas, y sin querer rozaría tu pene, con el dorso de la mano, por casualidad, tú notarías las caricias en tus piernas, y una mano que se decide a jugar con tus testículos. la yema de nuevo, de los dedos, haciendo círculos, presionando ligeramente, caricias con las uñas, y otro lametazo, pero esta vez en el glande

Maestro roza mis pelotas con tus tetas
Asteriaesclava del Maestro Notas la superficie blanda de mis senos subir por tus muslos hasta que llegan a tus testículos y los recojo entre los dos pechos, y mi manos los cercan, y aprieto, notas la textura, el tacto, la falta de dureza mía en contraposición a ti. Doy un respingo, es muy impactante tenerte así, el gran Junger atado para mí, así que me separo. Pero quiero que me palpes, así que vas a tener una mano con mucha cuerda, que te permita el movimiento, porque te voy a coger esa mano y la voy a llevar a mi clítoris y después volveremos a acercarnos a tu barbilla pero incluida tu mano. Estiro del cabo de la cuerda y te obligo a llevarla de nuevo a la esquina de la cama. Me planto encima de ti, sujeta por mis piernas, por mis brazos, pero permitiendo que notes mis pechos sobre tu cara y mi piel rozando la tuya, extendida en la cama, y me muevo, te envuelvo de arriba a abajo. Sé que quieres tocarme y que en cualquier otra circunstancia me darías alguna orden para proceder, pero este es mi turno, estás atado, y me siento con poder, te puedo hacer esperar. Sólo que yo también estoy muy excitada. Paseo mi lengua por tu cuerpo y llego de nuevo hasta tu polla que empiezo a lamer con fruición, hago círculos con la lengua, subiendo hasta la punta que introduzco en la boca, y tú quieres subir… Me alejo, me arrodillo y dejo que la verga atisbe la entrada de mi vagina. No sé si tienes tú más ganas que yo, pero yo estoy sufriendo, me arrodillo y me la meto entera en la boca, te recuerdo que estás sin mordaza, la saco de la boca y te digo, no me olvido de que mandas tú y que solo puedo actuar porque estás atado, pero sigues siendo mi amo, así que si algo te place, solo has de ordenármelo. Si me pides que te la chupe, perderé el tiempo lamiendo partes cercanas, si quieres que me dé la vuelta y te acerque el culo, la aproximación será lenta, puede que no te oiga bien… a lo mejor acabo lamiéndote más allá de las pelotas, quizá me ponga de rodillas, como un perrito, dejando caer mis tetas sobre tu cara, o a lo mejor me siento a cabalgarte, inclinándome para que mis pechos estén casi, y solo casi, a la altura de tus manos…
Asteriaesclava del Maestro la próxima vez que me ates a la cama podrás hacer cuanto te venga en gana conmigo porque soy tuya incluso si quieres que me quede rígida como si estuviera atada aun sin estarlo, si es una orden tuya, me mantendré quieta, rígida, sujeta. Voy para tu casa, no resisto más.
Esclavizada…
Asteria {mi señor} Primera, chirrían las ruedas. Segunda para acelerar y adelantar al pasmado del Ibiza azul. Tercera cuando dejo al coche atrás y cuarta cuando la noche es mía. Acelera que el semáforo está en ámbar, frena, porque suena el teléfono móvil. Paro en un rincón. ‘Estoy solo’. ¿Y enfadado? No quiero llorar más.…
La lascivia de Asteria
Asteria dice: Puedes tener lo que quieres. No puedo evitar tocarte, sentirte entre mis manos. me encanta apretar tus nalgas hacia mí, intentar que llegues todavía más dentro, incluso cuando es imposible. Me gusta rozarte, acariciarte, arañarte, apretarte, empujarte, y sobre todo me encanta que me controles, que me inmovilices, que te sientas dueño y…
Úsame
habla Asteria {mi señor} Sé que me das para excitarme y no para hacerme daño, pero por eso mismo tampoco me dejas marcas, pégame entre los muslos o en un pecho o en la parte baja del cuello, donde te plazca. Me excitas muchísimo, me gusta mucho que me pegues. Huy, ¡qué raro ha quedado…
6 comentarios sobre “Asteria aprende”