habla Asteria {mi señor}
Sé que me das para excitarme y no para hacerme daño, pero por eso mismo tampoco me dejas marcas, pégame entre los muslos o en un pecho o en la parte baja del cuello, donde te plazca. Me excitas muchísimo, me gusta mucho que me pegues. Huy, ¡qué raro ha quedado eso! En serio, me gusta mucho, en el culo siempre me sabe a poco, por mí podías desahogarte ahí. Intento que tengas tanta necesidad de mí que mañana no puedas evitar quedar conmigo. Me encanta que me pegues, me encanta que descargues el látigo sobre mí, me encanta que tortures mis senos, me encanta que me sueltes una torta y me dejes perpleja para luego embestirme mientras me aprisionas las muñecas y que me claves los dedos, las uñas, en la espalda.

Y estar atada y con venda sin saber qué voy a hacerte, atenta a los ruidos y aquella noche en casa, el hielo… el hielo, ufffffff. Tengo muchas ganas de que me pases un hielo por los pezones y por el sexo y notar el frío metal de un cuchillo sobre mi espalda y mis nalgas y que me amenaces y te pongas feroz. Es impactante, con el miedo que tú das cuando gritas, oírte gritar mientras abusas de mí o irnos una tarde de excursión al campo con la tienda de campaña, cuando haga menos frío, claro, o en el coche en un apartado, me da igual, contigo todo me vale, todo me va bien, todo me gusta. Quiero hacerte perder el sentido durante el sexo pero no que te desmayes de sufrimiento y además oírte decir cosas, de lo más fuertes a lo más tiernas mientras me azotas, hummmm
Tenemos que resarcirnos de esta temporada, lo de esta mañana ha sido divertido, pero nos merecemos una laaaaaaarga exploración de cuerpos. Azótame hasta que aprenda a ser tu zorrita obediente, atenta a tus deseos, amo. Me pondrás de rodillas para satisfacer tu deseo brutal. Lo que tú desees, amo. Será un privilegio ponerme a tu disposición, y darte placer, amo. Esperaré ansiosa tu vuelta, desnuda para ti, o con la minifalda que tú elijas, con tu cena preparada y mi boca húmeda y dispuesta. En nuestra alcoba dispondré argollas en el cabecero y en el techo, también en el suelo, en ellas, cuerdas de cuero y en mis muñecas siempre estarán las correas dispuestas para ser atada. Sí, mi dueño, lo que me ordenes lo haré.
A pesar de mostrarte respeto y mi pertenencia a ti con mis palabras, ¿prefieres el tuteo? puedo hablarte de usted si así lo deseas. A tu lado siempre que me requieras y si es de tu agrado, puedo permanecer debajo de la mesa, relajándote con mis labios, mientras trabajes o hables por teléfono. Para lo que tú dispongas, pediré permiso y tú decidirás.

En esas tardes de descanso que estaba describiendo, me gustaría ser uno de esos objetos para relajarte. Desnuda, encima de tus piernas, tú jugando con mi cuerpo, distraído, pellizcando aquí, rascando allá, metiendo dedito por allá, no sé hasta que tomaras conciencia de mi presencia, aprovecharas mi excitación, y me torturarás hasta poseerme y yo volver a ser tu juguete de relajación. Hacerme esperar si te apeteciera, dejarme a tope, a punto, a tu merced que de pronto a pesar de estar yo a punto, decidieras que quieres derramarte en mi boca, me dices que de rodillas entre tus piernas, tú seguirías viendo la televisión y yo te la chuparía hasta hacerte llegar, y después volvería a tumbarme a tu lado o sobre tus piernas, para que siguieras haciendo lo que quisieses, ¿que quieres jugar con el boli un rato mientras los anuncios? pues tienes unos cuantos agujeros para entretenerte, que no quieres que me arrodille y quieres que te masturbe tumbada tal cual, pues eso, vamos, lo que dispongas, lo que desees, cada idea que se te ocurriera, yo acudiría a ese cajón donde guardamos ciertas cosas, y sacaría lo que me pidieras. Estoy ardiendo, se me ha olvidado que tuve frío y es mi deber como tu esclava sexual, mi dueño: excitarte y complacerte.

Mi amo, mi señor, mi dueño, mi hombre, mi autoridad, mi jefe, mi patrón, mi propietario, mi todo. Aparto el sostén y cojo cada seno con una mano, con las puntas de los dedos empujaría tu verga entre ellos adelantando posiciones hasta llegar a tus testículos, y aprovecharía que tengo cogido cada uno para moverlos apretando. Siempre estaré a tu disposición, estén como estén las cosas, naufragues o se salves, te vaya bien o mal, pienso permanecer a tu lado hasta que me digas basta, es que eres único, cada vez que te miro me doy cuenta.

Más entradas
Hazme lo que quieras, mi señor
Soy afortunado por poseer a Arkadia en cuerpo y mente. No tiene más límites que mi imaginación. Es hermosa, inteligente y abierta de forma completa a mis deseos, los más sublimes y los más perversos. Cuando superemos la relación amo-esclava seguiremos siendo amigos íntimos. Es una mujer excepcional a orillas del mar Mediterráneo, un oriente…
Los deseos de Asteria
Asteria dice: ahora mismo tengo unas ganas locas de que me folles, joder, me he puesto toda cachonda contándotelo, qué rarita soy, preferiría que empezaras con mis tetas, es un detonante importante, aunque a lo mejor luego ya no podrías lamerme entre las piernas porque no podría aguantar más, tendrías que bajarme un poco la…