Encuentro con Asteria

habla Asteria {mi señor}

“Llévate el huevo, las tijeras, las vendas y la cuerda. No quiero que lleves más peso en la espalda.” Ya sabes de lo que voy a hablar. Regodéate con ello.

Subimos a la habitación. Te deshaces de mis pantalones, pero sigo vistiendo mi jersey y las botas. Anudas las vendas en la parte superior de la cama, la cuerda abajo. Lías mis manos, amarras mis botas. Sentado a mi lado te recreas con las tijeras, cortas y recortas, me rozas con el frío metal, juegas a excitarme y lo consigues. Tus dedos deambulan entre mis muslos. Me miras, y haces ademán de besarme. Ansío tu boca, pero no me la regalas fácilmente. Sabes que mi cuerpo está caliente pero quieres oírmelo decir: “pídemelo, estoy esperando, puedo esperar hasta tres horas”. Ahora mi cuerpo está caliente y rojo. Pugna entre la vergüenza y el deseo.

Mastico el miedo, sigues tocándome.

Azótame el coño, te suplico”, susurro.

Y procedes.

Tengo que aguantar, tengo que aguantar, necesito prolongar este placer. Las piernas se me cierran, pero tú no lo consientes. Ábrete, parece que quieras decir. Ábrete a mí porque eres mía. Me someto a tu lengua autoritaria, a tu boca opresora. A tus tiranas manos. Nunca una dictadura fue tan placentera. Estiro de la cuerda con todas mis fuerzas mientras, al mismo tiempo, intento asirme a ella, buscando un punto de referencia que me ayude a controlarme. Pero no lo logro y una explosión orgiástica toma voz: Mi señor, me voy a correr ¡¡mi señor!! Ah… Y tú insistes, y te deleitas en mi espasmo.

Y sin permitir que cierre las piernas, te incorporas y acercas tu sexo a mi vientre, después a mi pecho, después… después… después entras en mí con furia, para salir y entrar en un ritmo delirante. Pero no quieres culminar aún. Das paso de nuevo a tus manos, a tu lengua, buscando mis escondrijos más sensibles. Y usas y abusas hasta que mis gritos se convierten en llanto. Y es que he perdido el control de tal modo que no sé si río o lloro, si grito, susurro, si tengo los ojos abiertos o cerrados, pues el estruendo de sensaciones me ha vencido. Mi cuerpo tiembla, las lágrimas caen, y aguardo con impaciencia a que me poseas de nuevo. Te deseo, sólo a ti, y te deseo mucho.

Sodomía

Aunque no sé muy bien cómo expresar lo… sentido, algunas sensaciones eran más fáciles. Me sentía… joé, qué fuerte suena esto… virgen  y no es que doliera pero parecía que estaba a punto. Estaba aterrorizada de que fueras… avanzaras más, y sin embargo lo deseaba. Tenía miedo, curiosidad, deseo, estaba un poco petrificada, pero al mismo tiempo era muy muy muy morboso. No sé si tiene que ver con el ataque de lujuria posterior, porque vaya qué fuerte me dio después. También te digo que siento mucho pudor… Es un lugar poco higiénico, aunque procuro que si nos vamos a ver todo mi cuerpo esté preparado para ese momento, por si llega, de todos modos, sigue siendo poco higiénico y paso mucha vergüenza. El caso es que… es placentero, un placer que… un placer que roza algunos límites de mi sensibilidad, pero muy simbólico. Lo que simboliza (lo considero un extremo de entrega, para mí lo es) me gusta, pienso en lo que te pueda excitar y me excita todavía más. Pero es nuevo, es una sensación nueva, que no domino, las otras las domino y cuando pierdo el control es porque quiero, pero sé lo que voy a sentir, no sé, me estoy explicando fatal. Creo que debería repetirse y no con demasiada demora. No es una excusa para que lo hagas más. Es que temo que si lo dejamos pasar le coja miedo, porque es de esas sensaciones tan fuertes que no es dolor pero… es muy fuerte. Me impresiona mucho. Me gusta, bueno, me gusta que me hagas cualquier cosa, imagino que eso tiene mucho que ver con ello.

Mi señor… ¿qué? Mi señor… más alto ¡¡mi señor!! ¿Qué eres? Tu hembra, tu esclava, tu puta, ¿de quién eres? Tuya, mi señor

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Tuya

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HE {Junger}  Me gusta mucho que me folles mirándome a los ojos, lo segundo, la bolita, lo tercero, chupártela, luego depende, casi siempre me masturbas de una manera espectacular, otras veces te emocionas y me azotas. Lo mismo me pasa cuando me comes el coño. A veces parece que me muerdes o me chupas con…

5 comentarios sobre “Encuentro con Asteria

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