Asteria dice: Puedes tener lo que quieres. No puedo evitar tocarte, sentirte entre mis manos. me encanta apretar tus nalgas hacia mí, intentar que llegues todavía más dentro, incluso cuando es imposible. Me gusta rozarte, acariciarte, arañarte, apretarte, empujarte, y sobre todo me encanta que me controles, que me inmovilices, que te sientas dueño y señor de mi cuerpo. Me gusta todo lo que me ofreces, todo lo que me exiges, todo lo que me mandas, todo lo que me haces y me encanta cuando, desnudos, me lo demuestras. Aunque ni haga falta, porque solo con tu mirada ya empiezo a temblar. Y lo sabes, porque hoy lo has visto. Estaba derretida ya, por dentro. Y solo tú sabías por qué agachaba la mirada…yo prefiero deleitarme mentalmente, con lo que me dices. Y luego recordar lo que te he leído y cuando quiero recrearme físicamente uso los recuerdos contigo frente a frente. Me encanta rememorar eso, aunque procuro limitarlo a momentos muy específicos, porque me perturba mucho… pensar, conduciendo, en alguna mañana en tu casa… sí, mi señor

Uf, qué cerca te he tenido hoy, allí, en la esquina, pero qué cerca… mira que he pensado en ponerme una falda sin trampa, pero pensé que sería más difícil estar solos y lo descarté, empecé a llevarlas después, con más calor. Con las otras llevaba calcetines o medias hasta las rodillas, marrones normales u otros colores. Sudadera, falda, calcetines largos y zapatillas, en varias ocasiones, hiciste alguna broma sobre que yo llevara falda, pero ahí se quedó. Una vez que el domingo me dijiste que me quitara las bragas, llegué a hacerlo. Que conste que me sentaba a tu lado y te rozaba con la pierna, pero claro, era un sitio público… sigo deseándote, me tienes a tu disposición, cualquier parte de mi cuerpo es esclavo de tus manos. Lo es estés o no delante.
Mi señor, mañana es domingo, es un día difícil y completo. Pero si por un casual la tarde se prestara, me gustaría conseguir robarte un rato, me da igual dónde. Un sitio reservado, el Kenin, donde fuere. Te imagino, como tantas veces que te he visto, ahì sentado, con tu camiseta, liándote uno, o mirando algo en la pantalla. Con esa media sonrisa que me vuelve loca, o gesticulando con las manos. Pero prefiero la parte en que te levantas y me llevas de la mano a la cama, y siempre encuentras una manera original para empezar, y al tiempo, acabar jadeando, (o aullando, gimiendo, gritando, léase lo que proceda en el momento)

Yo, que siempre tengo ganas de ti, no dejo de sorprenderme con tu sed insaciable. Afortunadamente, la sorpresa es positiva, tuya soy, lo sabes. Siempre que has querido, mañana, tarde, incluso de madrugada me he ofrecido a coger el coche e ir aunque fuera a besarte. Siempre he estado dispuesta. Me encantaría hacerlo ahora mismo. Pero sabes que en seguida me emociono y comienzo a saborearte… y me gusta lamerte, chuparte, rozarte con mis dientes, me encanta tocarte mientras tanto mientras casi me dejas sin aliento, porque a veces ni respirar puedo. Pero me encanta. Y disfruto con tu sabor, con tu textura, lamiendo de lado a lado mientras mis manos te rozan alrededor. Me encanta cuando cada vez más excitado me coges de la cabeza, y determinas mis movimientos, disfruto con tus gemidos, y suspiro yo también de placer, porque estoy deseando hacértelo, uf… hacerte estallar de placer ahí, con mi lengua ahí, pero tú mandas, y tú te apartas, tú decides. Y yo acato, sabes que para mí es un placer hacerte estallar en cualquier momento o lugar, me encanta notarte, me encanta sentir como llegas, de hecho, me vuelve loca que me lo digas, me excita muchísimo que me susurres al oído lo que quieres, lo que me vas a hacer, lo que sientes, lo que vas a sentir, notar cómo tiemblas dentro de mí, tus sacudidas, tus embestidas, tus caricias, tus roces, tus pellizcos, tus mordiscos, todo tú. Tus manos… qué manos.

En estos momentos me plantaría allí con, sin falda, como tú me dijeras, con tal de sentirte dentro. Me encanta que sientas placer conmigo. Me excita. A veces siento que me voy, solo de oírte, es increíble. Aquí el provocador eres tú. Yo solo me inspiro en ti. No puedo evitarlo, me encanta tu lascivia (encanta, encanta, encanta). Me dan ganas de agachar la cabeza, me da la sensación de que me estás viendo cuando miras fijamente a la cámara. Jo, qué ganas de besarte, me impacta mucho verte, maldito, ya me he excitado, no me enseñes la lengua por la webcam, que me pones como una moto pero sigue, sigue, ya estoy doblada y cogida ¡cómo te deseo! me encantará desnudarte, es que te cogía del cuello de la camiseta y… uf tócame a mí, como una moto, pero sigue mirándome. Es que me están entrando unas ganas… me miras con ojos de mi señor y yo pensando que un tiempecillo alejada de ti me iba a tranquilizar… (estoy poco acostumbrada a pasarme excitada la mayor parte del tiempo). ¡Mentira cochina! Me pongo a cien solo de verte mover los brazos, estoy muy enferma. Yo te dejo que me trates pero no me cures, leñe, mírame otra vez, por favor, si es que me pongo de un tonto subido… de un tono subido también, gracias por tantos recuerdos magníficos ¡en poco más de tres semanas sometida a ti! me has hecho temblar con los recuerdos. Te dije varías veces: vamos al baño, pégame, chulo mío, esa lengua… arf.
Yo me someto a tu lascivia, qué cosas, porque lo mío es pura lujuria. La mamada del despacho será de rodillas, ahí me vas a dar carta blanca, nada de apartarme, la otra sí te dejo que me apartes, porque quiero que me poseas encima de la mesa… porque por aquí solo te puedo mandar puntos suspensivos, la lengua me la reservo para cuando te vea. Tuya, tuya, quiero ser tuya otra vez. A veces te agrada que me entretenga por ahí donde tienes ahora tus manos, pero no entiendes que es un acto egoísta, me encanta, es uno de los mayores placeres con los que me he encontrado. Y cuando digo mayores, digo mayores, justo después, que es cuando me coges de las piernas y me atraes hacia tí pones un ímpetu para entrar en mí que me vuelve loca, y cuando yo me pongo así, jadeo, por eso nada más entrar en mí ya me oyes gemir. Las ganas que me están entrando de cogerte de los hombros y de la espalda. No puede ser, así todos los días. Quiero darme placer con tu recuerdo.

Cómo echo de menos tus manos ahora mismo y tus piernas, tus muslos, me encanta acariciarte, rozar accidentalmente ciertas partes de tu cuerpo y notar cómo tiemblas por ello, cuando fuerzo los músculos, y tú haces un aspaviento, eso me excita, cosa que me preocupa, porque acabo de llegar y empiezo a tener ganas de nuevo, solamente de notarte ahí, tuya, tuya, tuya.
Es increíble, me excita saberlo, contigo todo me excita Ya te dije que estoy excitándome recordando que te masturbas pensando en mí chupándotela, estoy muy caliente. Hum, me gustaría tener tu polla en mi boca, mmmmmmm, joder que ganas tengo de ti, jódeme, amo, dime que me estás follando, sí, tengo un subidón, muérdeme, en el cuello, en la oreja, en los hombros, en los pezones! pues yo ahora tengo muchas ganas de que me digas cosas en un bar, al oído, y que me calientes. En casa, sin bragas, siempre accesible. Hummmm, quiero que me dejes lamerte las pelotas hasta que estén a punto de explotar y empezar a masturbarte mientras uso la máquina vibradora hasta que te corras, y que me llenes toda la cara de tu lefa, hum, sí, deja que te limpie cada gota vaya tela, ahora no voy a dar pie con bola, tengo el coño ardiendo, quiero follar como en el jacuzzi, no encuentro palabras, es que ya no encuentro palabras, quiero que me pongas la mordaza, y las cuerdas y que cojas el látigo y que me pases el cuchillo y que me des un bofetón y que me dejes el culo rojo, más latigazos, llámame zorra, amenázame, pégame y dime todas las barbaridades que me vas a hacer, hazme suplicar.
Me encantaría poder ver cómo te masturbas ahora mismo y yo estar atada sin poder moverme, de rodillas con un hielo entre las piernas, esperando para que cuando quieras correrte, me des tú el calor, dime que me estás follando, con tus manos fuertes, mmmmmm jo
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